Esta relación de conceptos es importante dejarlas claras y más aún en el inicio de una pretemporada o un determinado campeonato. El aficionado o hincha de un club constantemente comenta que el equipo de sus amores no tiene una nomina competitiva para encarar el objetivo trazado.
Si hablamos del fútbol colombiano los equipos que frecuentemente hacen una buena inversión a la hora de contratar grandes jugadores son Atlético Nacional y Junior de Barranquilla. Pero esto no quiere decir que tener una portentosa nómina va tener un equipo que va ganar con facilidad sin saltar al terreno de juego.
Es claro que aparte de tener una buena plantilla de jugadores, un club de fútbol debe contar con un director técnico idóneo, que tenga claridad en los conceptos tácticos y técnicos, pero también debe asumir un liderazgo sobre su grupos de jugadores.
Muchos jugadores que en un pasado reciente no han tenido un buen desempeño en un equipo pero al llegar a otro con más historia y títulos, pueden llegar a tener una transformación realizada por un proceso de potencialización ejercida por el director técnico. Un ejemplo de esto dentro del contexto del fútbol colombiano es Michael Rangel quien el año pasado jugó en el primer semestre con Junior de Barranquilla siendo campeón, pero no tuvo la posibilidad de ser titular.
Pero para el segundo semestre fue contratado por América de Cali, y el técnico de este club, Alexander Guimarães logró potenciar las capacidades tácticas y técnicas de este goleador del fútbol colombiano, al punto de convertirlo en uno de los dos goleadores del campeonato, con 13 anotaciones.
En artículos anteriores hablamos de la diferencia entre un entrenador y un seleccionador, y esta comparación encaja perfectamente con el vinculo que existe entre un equipo y una nómina. Esto se fundamenta porque en un equipo, el entrenador de este está más orientado a construir un colectivo que tenga un óptimo funcionamiento, y en caso contrario un seleccionador hace énfasis en las individualidades de cada futbolista.
En el año 2016, Atlético Nacional ganó la Copa Libertadores bajo la dirección técnica de Reinaldo Rueda. Aquí la clave fue combinar las fortalezas de la nómina con la cual contaba, pero también supo construir un equipo que tenía oficio dentro de la cancha cumpliendo con las tareas táctica y estratégicas, sumado a la inteligencia emocional. Recordemos el once titular que se consagró campeón frente a Independiente del Valle, el 27 de julio de dicho año. Franco Armani; Daniel Bocanegra, Davinson Sánchez, Alexis Henríquez y Farid Díaz; Alexander Mejía, Alejandro Guerra y Macnelly Torres; Orlando Berrio, Marlos Moreno y Miguel Borja.
A manera de conclusión de esta temática, podemos decir que para ser campeón o tener una importante figuración no siempre se requiere de grandes individualidades, sino que existe otra opción muy valorable, y esta es la construcción de un equipo de fútbol.