Pelé, la alegría del 'rey', octagésimo cumpleaños

Hablar de Brasil, es hacer alusión de la alegría, samba y fútbol. Y ante este escenario un nombre que se asocia muy fácilmente dentro de este contexto es el de Pelé. Con tan solo 9 años de edad, el futuro astro del fútbol brasileño lloraba la mayor derrota que haya podido tener el fútbol de Brasil a lo largo de su historia, el Maracanazo, el 16 de julio de 1950. Esto fue lo que Edson Arantes do Nascimento le dijo a su padre Joao Ramos . “Papá yo voy a ser campeón del Mundo con Brasil”.
Las personas que están entretenidas siguiendo este relato del extraordinario Pelé, se preguntarán por qué le tenían este remoquete a dicho futbolista?. A continuación el columnista del diario AS, Jonthan Dilan López explica porque le decían Pelé. “Es necesario remontarnos a la infancia de “O Rei” para encontrar la razón de su apodo. Contaba su tío Jorge que cuando Edson Arantes era pequeño lo ponían a jugar de portero y de esta manera darle ventaja al rival, ya que Pelé era tan Bueno en el campo como delantero que los rivales no tenían oportunidad.. Al momento de realizar las atajadas bajo los tres palos, algunos le encontraban similitud con Bilé, un portero con el que había jugado su padre. Comenzaron a llamarlo de esta manera (Bilé) hasta que su apodo evolucionó a Pelé de manera definitiva.” 173
Pero la gran consagración de Pelé en los Mundiales de Fútbol fue en México 1970. Para aquel momento, el astro del fútbol mundial, aún seguía jugando en el Santos de Brasil. El equipo dirigido por Mario “Lobo” Zagallo, llegó a esta cita mundialista como uno de lo grandes favoritos, no solo por la historia y el peso específico que generaba Brasil en cada uno de los estadios donde aparecía sino también por la calidad de jugadores y por las diferentes alternativas de fútbol colectivo que tenía en el frente ofensivo. Este fue el camino que recorrió la “Canarinha”, para el tricampeonato en la historia de los Mundiales. En la fase de grupos derrotó 4-1 a Checoslovaquia, 1-0 a Inglaterra y 3-2 a Rumania. En cuartos de final se deshizo de Perú con un marcador de 4-2. En semifinales, el poder ofensivo se siguió manifestando 3-1 frente a Uruguay. Y el 21 de junio en el Estadio Azteca de Ciudad de México, goleó en la final a Italia 4-1.
Antes de seguir relatando las historias épicas y maravillosas de Pelé en el ámbito futbolístico es fundamental recordar su paso por el ejército cuando tenía 18 años de edad. En el año de 1959, Pelé tenía que dividir su tiempo entre Santos F.C y su desempeño en el Grupo de Artillería de Costa Motorizado, en Praia Grande. El 11 de septiembre de aquel año O Rey anotó 3 goles en un partido entre la Guardia Costera y un equipo mixto del Santos. Dichos goles fueron para el equipo del ejército. Y como si esto fuera poco, Pelé fue campeón sudamericano de las Fuerzas Armadas, convirtiendo 14 goles a través de 10 juegos.
Y un hecho dentro del contexto del club de sus amores, fue el gol 1000 de su carrera profesional ante Vasco da Gama en el estadio Maracaná, el miércoles 19 de noviembre de 1969 correspondiente al Torneo Roberto Gomes Pedrosa o también conocida como la “Taça de Prata”. Al minuto 79 el árbitro central Manoel Amaro de Lima sancionó un tiro penal a favor de Santos. Ante la expectativa de los 65.157 asistentes a este histórico partido, Pelé anotó aquel anhelado gol. Recordemos que el arquero del equipo Carioca era el argentino Edgardo Andrada.
Después de dejar las canchas y ser el gran futbolista de todos los tiempos, su gran imagen se trasladó a la política , cultura y el entretenimiento. En 1977 fue nombrado embajador de las Naciones Unidas. Por su parte la FIFA lo incluyó en el comité de juego limpio. Tras su buena gestión y consolidación con el máximo rector del fútbol mundial, integró una campaña con UNICEF para la Copa del Mundo 2002 , enfocada a la niñez del planeta.
Y para concluir este viaje de gambetas y fantasías a través del Rey Pelé, quisimos evocar al escritor uruguayo Eduardo Galeano, en su libro El Fútbol a Sol y Sombra. Estas fueron algunas de las líneas que le dedicó al gran astro brasileño de todos los tiempos. “Verlo jugar , bien valía una tregua y mucho más. Cuando Pelé iba a la carrera pasaba a través de los rivales, como un cuchillo. Cuando se detenía, los rivales se perdían en los laberintos que sus piernas dibujaban. Cuando saltaba, subía en el aíre como si el aire fuera una escalera. Cuando ejecutaba un tiro libre los rivales que formaban la barrera querían ponerse al revés, de cara a la meta, por no perderse el golazo. Pero quienes tuvimos la suerte de verlo jugar , hemos recibido ofrendas de rara belleza; momentos de esos tan dignos de inmortalidad que nos permiten creer que la inmortalidad existe”.
