Algunos pensarán que  hablar de periodización táctica, de  entrenamiento con especificidad,  de la acción de  juego, de fútbol total;  es  enredar  o desviar  la esencia básica  del  fútbol.  Si bien el  fútbol, es medido por los  resultados,  el complemento de la técnica, la táctica,  el aspecto  emocional, el acondicionamiento físico;  y los  fundamentos teóricos,  nos permitirán generar  una identidad  de juego, que es  lo que  conllevara a  tener una credibilidad  hacía  la  búsqueda  de los  resultados. 

Uno de los  grandes modelos  de  juego  a lo largo de la historia del  balompié, es  el  “Fútbol  Total”,  el cual fue desarrollado por el rumano Stefan Kovac  y  el holandés  Rinus  Michels;  y perfeccionada  por  Johan Cruyff.

Este  sistema de juego es  empleado en el fútbol, donde el jugador que se mueve fuera de su posición es sustituido por otro de su mismo equipo, lo que le permite que el equipo conserve su estructura táctica. En este fluido sistema ningún futbolista tiene un papel asignado; sucesivamente cualquiera puede ser un delantero, mediocampista y defensor.

Si aplicamos  la periodización táctica  a la dinámica  del  juego  ofensivo; todos los aspectos  que integran al fútbol van conectados entre sí,  y no se pueden analizar  por separados.  Muchas veces se piensa  que la táctica  solo se trabaja en la fase defensiva,  pero uno para generar  fútbol ofensivo de manera  ordenada, debe implementar  una táctica, donde todos  los  futbolistas de un determinado equipo  puedan ser  útiles  en dicha fase  ofensiva. 

La acción de  juego, la cual es  muy  bien explicada por el técnico  inglés,  Martyn Pert,  está  muy orientada  a  la comprensión adecuada  de la solución mental  y la rapidez con la que se toma  o se  ejecuta.  Y si lo trasladamos a la función de ataque,  aquí debemos tener  en cuenta  el transcurrir  del juego  y  los  tiempos  o los factores circunstanciales en los que se desarrolla dicho partido. 

Muchas veces se habla que los equipos se parecen mucho  a la ideología o corrientes filosófica de sus entrenadores;  y es cierto  que esto ocurre  mucho, pero en algunas ocasiones,  los entrenadores que dirigen a  un equipo, nunca  jugaron al fútbol profesional.  Por eso es  que el verdadero trabajo plasmado en un campo de  juego  es producto del  entrenamiento  sistemático y de la preparación del entrenador. 

Aparentemente  a  un trabajo ofensivo solo se le mide por la capacidad goleadora, pero  los delanteros también deben saberse  ubicar  en la cancha,  propiciar sus propios  espacios  y desde  luego  tener la  capacidad  de intervenir en el circuito de jugo de su equipo, el cual se empieza  a gestar  en zona  1  o terreno defensivo.