Dayro Moreno, uno de los jugadores más emblemáticos del fútbol colombiano, ha tenido una carrera llena de éxitos, momentos de gloria y una incansable pasión por el deporte.
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Sin embargo, en las últimas horas, reveló un episodio que quedó grabado en su memoria y que lo hizo derramar lágrimas, precisamente con Once Caldas (el equipo de sus amores).
Dayro Moreno y el único día que el fútbol lo hizo llorar
En el marco de la Copa Intercontinental 2004, el delantero, aún en las filas del 'blanco blanco', vivió una de las experiencias más difíciles de su carrera: la final contra Porto, que terminó en una angustiante tanda de penales tras un empate 0-0 en el tiempo reglamentario.
A pesar de la histórica actuación de su equipo en este certamen, la ansiedad, la tensión y la presión de la definición desde los 12 pasos terminaron por afectar a los jugadores de Once Caldas, y especialmente a Dayro, quien, a su corta edad, fue testigo del dolor de la derrota.
"Cuando el de Porto bota el penalti y Fabbro tiene la oportunidad de hacerlo, éramos Campeones del Mundo con Once Caldas; ahí fue cuando lo botó el de Porto y se me salieron las lágrimas", aseguró el goleador en entrevista con DSports.
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Inclusive, luego de contar esta anécdota, Dayro compartió otra difícil situación, que se dio en el Mundial 2014:
"Lo de Brasil sí me golpeó durísimo porque tenía mucha ilusión, y llega el momento en que le dicen a uno 'vas para la tribuna' (...) eso fue un momento complicado para mí, pero lo tomé con mucho profesionalismo", afirmó.
Un presente brillante a pesar de las dificultades
Hoy, Dayro Moreno sigue siendo una figura clave en el fútbol colombiano, con una trayectoria que abarca varios clubes y selecciones. A pesar de las caídas y las dificultades, el delantero ha demostrado que, tras la derrota, siempre hay una oportunidad para levantarse.
El recuerdo de la Copa Intercontinental 2004 sigue vivo en su memoria, sin embargo hoy día, con la madurez que le dan los años, el atacante sabe que el fútbol es un juego de contrastes, de alegrías y tristezas, de victorias y derrotas, pero siempre con la pasión que lo ha mantenido en el más alto nivel del deporte.
La historia de aquel partido contra Porto, en donde fue la única vez que el fútbol lo hizo llorar, es solo un capítulo más en su amplia carrera y un recordatorio de que, en el deporte, la verdadera victoria está en la capacidad de superar las adversidades.
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